Al llegar cada mañana
me besas, me tocas, tu sonrisa me da la bienvenida.
Sigue ahí la pesadez excitante de tu cuerpo,
huella inevitable del delirio nocturno.
Aun mis labios conservan el sabor de tu piel,
el sonido de tu voz retumba en mi cabeza
con un ir y venir de un "te amo" murmurado en mi oído.
Aunque la luna se haya ido
ha dejado la dulzura de su luz en tu mirada,
ya no importa si la noche no vuelve
y quedamos atrapadas en este día eterno.
Me basta tu amor para estar bien
podre sobrevivir como hasta ahora
viviendo en tus brazos, escondida en tu regazo
descubriendo las mil y un fragancias que ocultas en tu ser
inundándome con el licor de tu vientre,ese licor que me da vida
que me construye y enloquece
y me demuestra que solo hay una forma de sentirme viva
y esa es: despertar a tu lado.
Orquidea.
Gracias por el ayer que continua en mi presente.