Es bueno tener una cama caliente al caer la noche,
terminar rendida enfrentando al cielo,
cerrar los ojos y en dos segundos tocar las nubes,
olvidar las ataduras que no me dejan volar.
Es bueno tener un refugio al finalizar el día,
tirar la desesperanza, olvidar el rencor,
cubrir las heridas con un manto de estrellas,
mirar un cometa en un paseo lunar.
Es bueno encontrar un alivio al finalizar la tarde,
beberme tus noches humeantes,
cantarte ilusiones,
perder la tonada en tus muslos de seda,
pedirle a tu vientre que el día no vuelva a llegar.
Orquidea.
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