Recuerdo el doloroso placer que me entregabas con cada palabra falsa,
y como las ibas dejando por mi cuerpo;
arruinaban mi piel,
entorpecian mi respiración.
Podía sentirlas en la nuca,
maltratando mi cuello, amoratandolo,
arañando mi espalda,
podía acariciarlas con las yemas de los dedos,
las sentía meterse entre mis labios,
luego entrar por completo en mi,
dolía cuando hinchaban mi pecho al respirar,hasta vaciarlo,
hacían tanto daño.
Hoy no sé que hacer sin ellas,
cada noche mi cuerpo tiembla con su recuerdo,
sólo quiero que vuelvas a morder mi nuca,
que vengas a arañar mi espalda,
que me llenes el vacío con tus mentiras.
Orquídea.