Millones de niños sin futuro en el presente,
millones de madres amando a sus hijos ausentes.
Voces apagadas en fuegos cruzados,
mujeres que mueren junto a sus sueños asfixiados.
Basta ya de caminar entre balas,
basta ya de sangrar nuestras alas.
Por que aferrarnos a esta maldita guerra,
si nos sabemos moldeados por la misma tierra.
Llenemos nuestra fuerza con la sangre que se ha derramado,
cimentemos nuestra fe en las almas que nos han dejado.
Que sea el respeto nuestra única arma,
que cesen las muertes y nuestro país recupere la calma.
Orquídea.
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